Cultivado y celebrado tanto en Japón como en Corea, el yuzu ocupa un lugar importante en la cultura oriental, donde su cáscara y su zumo son muy apreciados por los chefs. Su sabor, que recuerda al de la cidra o limón francés, es una mezcla de lima, mandarina amarilla y naranja.
LA FRAGANCIA
Tónico, el yuzu es más complejo que el limón, más incisivo que la naranja y, sobre todo, más exótico. Su fragancia evoca inmediatamente una frescura estival y un zumo amarillo solar, con un carácter ácido y acentos verdes picantes.
Este cítrico vigorizante y descarado está envuelto en discretos aromas de té, una refinada nota de pétalos de flores blancas y un ligero velo de almizcle.
YUZU: ENTRE EL EXOTISMO Y LA FRESCURA
Aunque es originario de China, el yuzu se cultiva principalmente en la isla de Shykoku, donde se cosecha en diciembre. Este cítrico está profundamente arraigado en la cultura asiática a través de la tradición del Toji, que consiste en sumergirse en un baño caliente en el que flotan yuzus durante el solsticio de invierno.
El yuzu tiene muchos beneficios y es muy apreciado en la alta cocina. Sutilmente afrutado y ácido, su sabor único y poco común está teniendo un éxito sin precedentes en Europa.
La propia forma de cosecharlo, a mano y con mimo, refleja el saber hacer de los métodos ancestrales asiáticos.
UNA ÁCIDA PROPUESTA
Esta fruta descarada y cítrica se recoge en una vela y un difusor con sutiles aromas de té, acompañados de una nota de pétalos de flores blancas y un ligero velo de almizcle.
Esta fragancia energizante ofrece mucho más que un toque de limón: la colección Yuzu refresca y añade un toque exótico.
Precios:
Vela perfumada de cera vegetal 100% proveniente de colza europea: 52€ / 185gr (duración: 40-45 horas).
Difusor con alcohol 100% natural de remolacha francesa: 68€