El propóleo, conocido desde la antigüedad por sus propiedades curativas, ha encontrado un lugar destacado en la cosmética moderna.

Este ingrediente tan de moda últimamente entre las búsquedas de Google se ha convertido en un aliado esencial para el cuidado de la piel gracias a sus múltiples beneficios y su origen natural. Te contamos cuáles son sus propiedades únicas y porqué deberías incluirlo en tu rutina facial. 

¿Qué es el propóleo?

El propóleo es una especie de resina procedente de las cortezas de los árboles que es fabricada por las abejas, es la sustancia con la que recubren sus colmenas para evitar que entren virus o bacterias. Precisamente su nombre ya describe su finalidad, en griego propolis, origen de propóleo, significa “defensa de la ciudad”. 

Su composición en general se compone de resinas y bálsamos, cera de abejas, aceites esenciales y polen. Ya en la Antigua Grecia se utilizaba como remedio medicinal para los abscesos y la curación de heridas, e incluso en el Antiguo Egipto era un material útil en el proceso de momificación.

 Tradicionalmente, también es muy típica su utilización para tratar afecciones de garganta, ya que la hidrata y calma su irritación. Por esa razón, Salena Sainz, nutricionista, farmacéutica y creadora de Annue Body Elixir indica “este ingrediente se lleva utilizando durante años en jarabes, tés y grageas, está más que probada la seguridad de su consumo, por lo que, si internamente no hay problemas, difícilmente podría causar algún tipo de reacción dañina su aplicación en la piel, a excepción de personas alérgicas a productos apícolas”.

Popularidad en cosmética 

Debido a los grandes beneficios del propóleo, que desarrollaremos a continuación, su uso sigue en auge hoy en día y se ha reflejado en el incremento de búsquedas sobre este término en Internet, llegando a acumular más de 100.000 menciones en redes sociales, sobre todo en Instagram. 

Sus propiedades son múltiples, entre las que destacamos: 

  • Poder antimicrobiano y antiinflamatorio: este activo es conocido por su eficacia para combatir bacterias, hongos y virus en la piel. “Estas propiedades ayudan a prevenir infecciones cutáneas y reducir la inflamación, lo que es especialmente útil para tratar pieles con acné” indica Eva Collar, fundadora de los Centros y Clínica de Estética y Bienestar Marquessa.

  • Cicatrización y regeneración de la piel: “esta sustancia utilizada por las abejas para reparar las fisuras de las colmenas tiene un gran efecto sanador y cicatrizante que será de gran ayuda para las pieles que presentan problemas como marcas de acné o con tendencia grasa”, indica Gema Cabañero, fundadora de la clínica de estética avanzada Gema Cabañero. 

  • Hidratación y suavidad: gracias a sus propiedades emolientes, ayuda a mantener la piel hidratada y mejora su textura.

  • Propiedades antioxidantes: el propóleo protege la piel del daño causado por los radicales libres, cómplices del envejecimiento cutáneo.

  • Protección contra los agentes externos: no solo trata las imperfecciones de la piel, “además de todo ello, el propóleo aumenta la función de la barrera protectora de la piel por su capacidad regeneradora, ayudando a combatir el envejecimiento prematuro” indica Gema Cabañero.

  • Calmante y alivio de irritaciones: sus propiedades antinflamatorias convierten al propóleo en un activo eficaz para reducir el enrojecimiento de la piel y aliviar irritaciones. Por esa razón, “este activo es muy útil para personas con la piel sensible o con otras afecciones inflamatorias como dermatitis o eccemas”, declara Eva Collar.

  • Control del exceso de sebo: al regular el sebo de nuestro rostro se convierte en un gran ingrediente para el tratamiento de pieles grasas o mixtas. “Su resultado es la minimización de los poros, a la vez que reduce los brillos indeseados de la piel”, añade la fundadora de Marquessa. 

¿Cómo incluirlo en nuestra rutina?

Los formatos de presentación de productos que contienen propóleo son múltiples, es común encontrar este ingrediente en cremas hidratantes, mascarillas o sérums, pero también es frecuente su presencia en bálsamos labiales o cremas para manos, ofreciendo protección adicional a las zonas más expuestas.

“Al tener propiedades antioxidantes se recomienda introducirlo en la rutina de mañana, aunque también se podría utilizar por la noche por su poder reparador, pero en definitiva su momento de aplicación dependerá del formato en el que esté formulado, siguiendo el orden habitual de limpiador facial, contorno de ojos, sérum, crema hidratante y protector solar”, indica Esther Moreno, facialista y fundadora de Esther Moreno Studio.

Un limpiador facial con este ingrediente prevendrá de infecciones y de brotes de acné. Por su parte, el sérum tras la limpieza aprovechará las propiedades antiinflamatorias y regenerativas del propóleo. Un ejemplo de ello, es el Glow Serum Popolis + Niacinamide de Beauty of Joseon (21,95€ en mumona.com) que contiene una concentración del 60% de este ingrediente, lo que favorece a la mejora de la textura y tono de pieles mixtas con tendencia acneica, con manchas y/o sensibilizada. Además, la niacinamida que incluye lo refuerza para regular la secreción de sebo, fortaleciendo y equilibrando la función barrera de la piel.

Por otro lado, “si usamos una mascarilla con propóleo conseguiremos un extra de nutrición para la piel y será un buen calmante para ella”, añade Silvia Giralt, fundadora del centro de estética avanzada Silvia Giralt. “Además, si optamos por incluir el propóleo a través de una crema hidratante, conseguiremos una extra de protección de la piel, al mismo tiempo que suavidad”, continúa.