Natural, ecológica, biodegradable… las ventajas de la cosmética sólida no son solamente buenas para ti, también lo son para el medioambiente.

Aunque se han popularizado mucho los champús en los últimos años, también se elaboran otros productos sin una base de agua, concentrando aún más todos sus beneficios, ingredientes y propiedades.

Es el caso de los perfumes sólidos, la alternativa natural y vegana de Di Oleo a las colonias tradicionales, haciendo la rutina de belleza mucho más sostenible: Conseguimos las fragancias a partir de ingredientes naturales que son extraídos de plantas, vegetales y aceites esenciales, además de aceite de oliva virgen extra, todas ellas suaves y frescas, aromas libres de tóxicos y conservantes que van en un tubo de cartón biodegradable, sin nada de plásticos. Los perfumes sólidos tienen una ventaja principal sobre los líquidos, y es que las fragancias son más cómodas y fáciles de llevar y también duran más, pues no se evaporan, la fijación de aroma queda” – nos explica Filip Van, uno de los fundadores de la marca.

En el caso de los desodorantes ocurre lo mismo, son la última novedad de Di Oleo (de lavanda, de sándalo y de rosa mosqueta) y vienen en latitas de aluminio con tapa rosca, a partir de aceites esenciales antibacterianos y arcillas antitranspirantes: “Estamos orgullosos de este producto, capaz de eliminar la bacteria responsable del desarrollo de olores. Además, absorbe la transpiración gracias a uno de sus ingredientes naturales, la raíz de arrurruz”.

Champús, los cosméticos sólidos más popularizados

Basta el simple gesto de humedecer y frotar cualquier champú sólido entre nuestras manos para enamorarte de ellos, de su cremosa espuma y de la satisfactoria sensación que dejan.

El cabello, también sale ganando, viéndose más brillante y suave: “Una ventaja que tienen los champús sólidos sobre los convencionales es que aguantan mucho tiempo, siempre y cuando los enjuaguemos bien antes de guardarlos y queden expuestos al aire libre hasta que sequen completamente. Entonces, ya podemos guardar en un jabonero cerrado o cajita” – nos dice María García, de la firma sevillana Dalire.

Esta empresa andaluza está especializada en la fabricación de champús sin sulfatos, entre los que por supuesto, también los hay sólidos: “Los champús sólidos nos gustan también por su parecido a los jabones de toda la vida, con aromas y texturas muy interesantes como los que hacemos de aloe vera, coco, macadamia, aguacate y manteca de karité”.

Por su parte, Di Oleo elabora una amplia línea de champús sólidos que después se venden en cientos de tiendas eco, herbolarios o a través de su tienda online. Tina Wilssems es su otra fundadora: “Todos cumplen funciones específicas, los tenemos anticaspa, fortalecedores, nutritivos, hidratantes y para cabellos secos, teñidos, rizados, grasos o delicados. Tienen gran éxito los de semillas de chía y lino, sándalo, caléndula, romero y jengibre”.