El final del verano siempre nos deja recuerdos maravillosos: días de sol, tardes eternas y esa sensación de libertad que solo la temporada estival puede regalarnos. Pero también suele dejar una huella menos idílica en la piel: sequedad, falta de luminosidad, pequeñas manchas o un tono apagado fruto de la exposición solar.
Es justo en este momento, con la vuelta a la rutina, cuando más necesitamos aliados que nos ayuden a recuperar la frescura del rostro y devolverle ese aspecto saludable que tanto echamos de menos.
En este contexto aparece el Dew & Done Skin Tint with SPF20 de SHEGLAM, un híbrido entre tratamiento y maquillaje que promete convertirse en ese as bajo la manga que todas necesitamos en nuestro neceser de septiembre. Su promesa es clara, una piel uniforme, hidratada, luminosa y protegida en cuestión de segundos. Y lo mejor es que lo cumple.
HIDRATACIÓN, PROTECCIÓN Y GLOW (¡TODO A LA VEZ!)
La primera impresión es clave, y este skin tint no decepciona. Su textura es ligera, cremosa y nada pesada, lo que hace que se deslice sobre la piel como una caricia. Es de esos productos que parecen desaparecer al contacto, pero dejando tras de sí un efecto buena cara instantáneo. Su cobertura es natural, pensada para quienes no quieren ir con un maquillaje cargado, pero modulable: puedes aplicar más producto en zonas concretas sin que se note una capa gruesa.
El acabado es jugoso, saludable, con ese brillo sutil que asociamos a una piel descansada y bien cuidada. Y para quienes se obsesionan con la protección solar —porque sí, después del verano no podemos olvidarnos de ella— este skin tint incluye SPF20 mineral, un escudo ligero pero eficaz para el día a día. Como guinda, incorpora ácido hialurónico, ese ingrediente estrella que retiene la hidratación y hace que la piel se sienta cómoda y flexible durante horas.
MUCHOS TONOS, UN SOLO PRODUCTO Y DE SHEGLAM
En el terreno del maquillaje, pocas cosas resultan tan frustrantes como probar un producto prometedor y descubrir que ninguno de sus tonos encaja contigo. SHEGLAM parece haberlo entendido y ha lanzado este skin tint en 36 tonos distintos, una cifra nada despreciable en el mundo del low cost. La gama cubre desde los tonos más claros hasta los más profundos, con diferentes matices cálidos, fríos y neutros.
Esto significa que, por primera vez, muchas pieles que suelen quedar fuera de las colecciones estándar —como las de subtono oliva— encuentran aquí una opción real y favorecedora. Este enfoque inclusivo no solo es práctico, también habla de cómo la belleza empieza a ser más representativa y cercana a la diversidad real de las personas. Y eso siempre suma puntos.
FÁCIL, RÁPIDO Y SIN COMPLICACIONES
Si hay algo que buscamos después del verano es simplificar. La vuelta al trabajo, los madrugones y la rutina no dejan demasiado margen para rutinas de maquillaje complicadas. Y aquí es donde este producto de Sheglam brilla de verdad. No hacen falta brochas, esponjas ni tutoriales interminables, con los dedos consigues un acabado uniforme y luminoso en cuestión de segundos.
Es tan práctico que cabe en cualquier neceser, bolso o incluso bolsillo de la chaqueta, y lo puedes reaplicar sin miedo a que se acumule o quede a parches. Si un día quieres más cobertura, basta con aplicar una segunda capa ligera; si prefieres el efecto “no makeup makeup”, una pasada es más que suficiente. Además, su fórmula aguanta bien el paso de las horas: no se cuartea, no marca pliegues y se mantiene fresca incluso en jornadas largas.
LO HEMOS PROBADO (Y NOS HA ENAMORADO)
En la redacción lo hemos puesto a prueba y podemos decir que ha superado nuestras expectativas. La aplicación es tan sencilla que parece que el producto haga el trabajo por ti, y el resultado es de esos que te hacen mirarte al espejo con una sonrisa. El acabado es uniforme, natural y con un punto de glow que favorece a cualquier edad y tipo de piel.
En nuestro caso, probamos el tono Bamboo, ideal para pieles con subtono oliva, y fue una grata sorpresa ver lo bien que se adaptaba. Nada de resultados cenizos ni demasiado rosados: simplemente se funde con el tono natural y potencia la luminosidad. Después de varias horas, el producto seguía intacto, sin marcar líneas de expresión ni perder frescura. En pieles secas se percibe hidratante, en mixtas equilibra sin exceso de brillos, y en pieles grasas aguanta con dignidad sin necesidad de retoques constantes.
La conclusión fue unánime, es uno de esos productos de Sheglam que metes en el bolso “por probar” y acaban ocupando un lugar fijo en tu rutina diaria. Porque cumple lo que promete: es práctico, versátil, cómodo de llevar y deja la piel más bonita sin esfuerzo. Y, seamos sinceras, ¿no es justo lo que buscamos en esta época del año?