No es necesario saber mucho de perfumería para saber a qué atenerse con las dinastías cítrica, floral o amaderada. Bajo estas clasificaciones comunes, se agrupan las fragancias según sus materias primas, y sus nombres son tan evocadores como realistas.

Menos intuitivas resultan las familias denominadas ‘de fantasía’, entre las que se encuentran linajes tan intrigantes como ‘chypre’, ‘fougère’, ‘gourmand’ o ‘aldehídos’. Te explicamos en qué consisten.

Chypre:

Un perfume Chypre es un tipo de fragancia que se caracteriza por tener notas de salida cítricas y frescas, notas de corazón de musgo de roble y notas de fondo amaderadas, terrosas o animales.

El término «Chypre» proviene del francés y hace referencia a Chipre, la isla mediterránea, donde se originó este estilo de fragancias. Fue Coty quien, en 1917, creó el primer perfume Chypre, piedra fundacional de todas las referencias posteriores.

Algunos ejemplos: Boutonnière nº7, de Arquiste (190€ / 100ml), Black Jade, de Lubin (170€ / 100ml).

Fougère:

Un perfume fougère es otro estilo clásico de fragancia que se caracteriza por tener una composición principalmente herbácea y aromática. El término «fougère» es francés y significa «helecho». Este tipo de perfume se originó a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, con la creación de la fragancia Fougère Royale de la casa Houbigant.

Las fragancias Fougère típicamente suelen ser frescas y cítricas, con notas de salida como bergamota, limón o lavanda.

En el corazón, generalmente incluyen hierbas aromáticas como lavanda, salvia, romero o albahaca, que aportan un carácter herbal y verde a la fragancia. En el fondo predominan notas amaderadas y musgosas, como musgo de roble, vetiver, cedro o musgo blanco.

Un ejemplo: Vétiver, de Olibanum (87€ / 50ml).

Gourmand:

Se trata de un tipo de fragancia que se caracteriza por evocar olores y sabores asociados con alimentos dulces, golosinas o postres. El término «gourmand» proviene del francés y significa «amante de la buena comida».

Estas fragancias suelen ser cálidas, reconfortantes y autocomplacientes, y a menudo generan una sensación de placer y nostalgia.

En la salida, un perfume gourmand perfectamente canónico puede incluir aromas frescos y frutales que preparan el camino para las notas más dulces. Estas notas pueden ser frutas como la naranja, la mandarina o la pera.

El corazón define el carácter gourmand de la fragancia, y en él puede haber notas dulces como la vainilla, el caramelo, el chocolate, el almizcle, el cacao o el caramelo. El fondo a menudo se compone de notas más cálidas y ricas, como el sándalo, el ámbar, el pachulí o el almizcle, que proporcionan una base duradera y sensual a la fragancia.

Los perfumes gourmand son populares por su capacidad de evocar recuerdos placenteros que crean una sensación de confort y calidez.

Un ejemplo: Anima Dulcis, de Arquiste (190€ / 100ml).

Aldehídos:

Se considera ejemplo de esta familia a todo perfume que contiene aldehídos como uno de sus ingredientes principales. Los aldehídos son compuestos químicos orgánicos que pueden tener una amplia variedad de aromas, desde cítricos y afrutados hasta florales y limpios. Estos compuestos son conocidos por proporcionar una sensación de frescura y ‘brillo’ a una fragancia, así como por aumentar su longevidad y estabilidad.

Los perfumes que pertenecen a la familia de los aldehídos suelen ser frescos y transparentes, vibrantes y enérgicas.