¿Sabías que los carotenoides son la principal fuente de vitamina A, con un aumento del 25% del efecto protector y antioxidante de la piel, que contribuyen al sistema inmunológico y a la producción de glóbulos blancos?

Si bien, en verano acostumbramos a introducir alimentos ricos en carotenos en nuestra dieta, que contribuyen a ese bronceado uniforme; en invierno, zanahorias, tomates o remolachas se hacen menos apetecibles. El pistacho es el fruto seco con más porcentaje de carotenos, que ayudan a conseguir el deseado efecto ‘buena cara’ y te aportan muchos otros beneficios.

Lucir ‘buena cara’ más allá de los meses de verano es posible si tomas 49 pistachos al día,  porque como gran antioxidante que es, contiene una gran cantidad de carotenos. Y es que con 45 microgramos de betacarotenos por cada 100 gramos, el pistacho se sitúa muy por delante de las nueces pacanas (8 mcg), los piñones (5 mcg) y las avellanas (3 mcg). El resto de frutos secos no contienen betacarotenos en su composición.

Los betacarotenos del pistacho contribuyen a la formación de vitamina A durante el proceso de digestión; así como de retinol, favoreciendo la producción de melanina y colágeno, potenciando la pigmentación, filtrando los rayos solares ultravioleta (UV) y favoreciendo el buen funcionamiento de las células de la piel. Además, actúa protegiendo la vista, la piel y retrasando su envejecimiento. También ayuda a hacer frente a las agresiones ambientales como las bajas temperaturas y el viento; y, protege el sistema inmune, nutriendo las defensas de nuestro organismo y evitando resfriados; a la vez que nos aporta una gran energía.