La campaña de primavera-verano tiene lugar en Cannes, mezclando la vitalidad de la ciudad mediterránea con la serenidad de una villa de diseño arquitectónico situada en el interior.
El fotógrafo Nigel Shafran capta una narrativa onírica en la que la moda interactúa con los elementos gráficos insólitos. Cintas, papiroflexia y tubos de colores dibujan un universo poético y lúdico, donde el arte y los sueños se entrelazan. Una visión donde moda, poesía y contrastes se responden con delicadeza.